El arresto del traficante rosarino, proveedor de grandes bandas, deja ese lugar vacante y a muchos sin su mercadería. Lo detuvieron con casi una tonelada de estupefacientes. El subsecretario de Intervención federal del ministerio de Seguridad Federico Angelini apuntó a la necesidad de mantener un trabajo muy coordinado entre las distintas fuerzas y niveles del Estado.
El arresto del capo narco rosarino Brian Bilbao, proveedor de grandes bandas, supuso, como describió el subsecretario de Intervención federal del ministerio de Seguridad Federico Angelini, “un golpe a gran escala”. Y deja también un hueco del mismo tamaño, una oferta incumplida de casi mil kilos de cocaína –la cantidad de droga que le secuestraron cuando lo detuvieron– que alguien querrá brindar. Atentos a eso, Angelini hizo hincapié en el trabajo coordinado entre las distintas fuerzas y señaló especialmente el control áereo, quizás el más difícil de aplicar; pero también la vigilancia sobre los puertos ya que, aclaró, no toda la droga es vertida el mercado interno y buena parte busca salida por agua.
En contacto con el programa Radiópolis (Radio 2), Angelini considero que “sin dudas” habrá un reacomodamiento en el negocio ilegal de drogas luego de la caída de Bilbao ya que, al ser un proveedor de grandes bandas, su arresto afecta al resto de la cadena.
“Sabemos que esto va a traer una consencuencia en el mercado en términos de provisión de estupefacientes, y no solamente en la provincia de Santa Fe, sino en Buenos Aires. Hay que estar atentos”, sostuvo y destacó la “sofisticación” de la organización de Bilbao, que trabajaba con una logística muy aceitada y una amplia red de distribución y apoyos, como propietarios de campos que hacían las veces de pistas de aterrizaje.
En tal sentido, valoró el trabajo coordinado, fundamentalmente cuando se trata de rastrear narcos, literalmente, por los aires. Bilbao, uno de los prófugos más buscados de Santa Fe, quedó en prisión preventiva por disposición del juez de Garantías Carlos Vera Barros, tras ser acusado de haber ingresado al país, mediante un taxi aéreo, 956 kilos de cocaína detectados el martes en un campo del partido bonaerense de Exaltación de la Cruz. Los fiscales de la Procunar también lo vincularon con los 475 kilos incautados en Pueblo Andino en octubre del año pasado en un avión tripulado por un militar boliviano.
Consultado sobre estos vuelos narco, Angelini precisó que las rutas suelen tener origen en Paraguay o Bolivia y, como destino, el sur bonaerense.
“Son vuelos muy bajos, es buscar una aguja en un pajar. Ahi es donde el nivel de despliegue con cada TAI (Tránsitos Aéreos Irregulares) que se da que es importante. Llevó su tiempo, pero no es poca cosa haber agarrado una tonelada de cocaína y al máximo capo de esta organzación delictiva”, dijo.